flor de toxo

Saturday, June 16, 2007

Paradoja, que no parábola, del pobre y la puerta del supermercado



Podría haber sido el título de la última canción de Sabina, pero no. Se trata de algo que pienso cada vez que voy al supermercado. Me gustaría aclarar que simplemente cuento esto como un mero hecho aislado, una historia como podría haber sido ser otra cualquiera que alguien hubiese contado en un blog, en su diario más íntimo o al vecino del 4º. No quiero, o no me gustaría abrir debates ético-morales y que la gente comience a expresar su opinión creando un debate. Para eso están los foros y los bares. De todas formas con la poca gente que lee este blog, podría hacer propaganda anti-semita, o recoger firmas a favor de la inserción de la tortura y la pena capital en España, que no tendrían ningún efecto.

Como os digo, es una banal y jodida historia de mierda con el fin de entretener, o no.

Todo empieza cuando uno baja al supermercado de casa con la tarjeta de crédito en la mano para sacar unos 50 euros con los que comprar algo para llevar a la boca durante la semana. Una indigente (o por lo menos de aspecto…), ya entrada en años, sentada en la escalera pide una moneda.

“Se la daría encantado, pero solo llevo la tarjeta de crédito y, como comprenderá, no se la pienso dar ya que no le serviría para nada.”- piensas.

Cuando ya has retirado el billete vuelves a ver a la mentada señora, que sigue en la misma posición y repitiendo la misma frase.

“Se la daría encantado, pero es que no tengo suelto. Lo único que tengo es este pedazo de talego de 50 euros que acabo de sacar y que, como comprenderá, no se lo voy a dar.”- piensas.

Después de hacer la compra sales con una pesada y rebosante bolsa llena de comida en cada mano. La señora vuelve a decir la misma frase por tercera vez en el día, a lo que piensas:

“Se la daría encantado. Ahora que ya tengo el dinero suelto, metería la mano en el bolsillo y la sacaría. Lo que ocurre es que tengo las manos ocupadas con toda esta cantidad de comida que compre con los 50 euros que saque con la tarjeta de crédito y me da una pereza que te cagas posar las bolsas para sacar una de las monedas que tengo en el bolsillo”.


Al loro: Smashing Pumpkins: “Never let me down again”

Sunday, June 03, 2007


¡Viva el Natación Cedeira, (y la madre que nos parió, a ti, a mí, y al Jaime)!


Año 1996
C.N.Cedeira. Entre otros, David en el centro, yo a la izquierda
Año 1994
David ala izquierda, servidor a la derecha
El otro día, buscando chorradas en internet di con estas dos perlas de foto, que a continuación os explico de que van...
Cedeira, casa de David, una tarde cualquiera de un mes de invierno de mediados de lo 90´, a las 19:25. Vamos a natación. Bajamos las escaleras a toda ostia y cogemos las bicis. Incluso nos damos el lujo de pararnos en el portal de Lucía a tocar los timbres y escapar.(Pum-Pum Escape, se llamaba el jueguecito). Llegar al polideportivo, tirar la mochila hacia la puerta de la piscina, y hacer un poco el cafre antes de entrar al agua.

Esto encajaría perfectamente con una de las tardes de entrenamiento de algún que otro año en el Club Natación Cedeira... Lo que pasó dentro, es otra historia...

Mi paso por el Club de Natación local está marcado por alguna que otra anécdota curiosa. A mi este club también me ha marcado mucho, (sobre todo el culo) con la correa del cronómetro de Jaime, el entrenador, (en la primera foto es el de la izquierda de todo, el que tiene pinta de alelao) cuando lo convertía en un mortal látigo, que creo apodaba "Isidoro", cada vez que lo puteabamos.

Las puteadas a Jaime me habrían costado algún que otro castigo, aunque merecían la pena por la risa. ¿Te acuerdas, David, de cuando traía "la mosca" a la piscina? Para los desinformados, os diré que la mosca era un juguetito de plástico lila que llevaba conmigo a la piscina escondido en el bañador, y que mientras nadábamos jugábamos a pasárnoslo entre nosotros sin que Jaime lo descubriera. Hasta que lo descubría. Entonces ahí venía la frase: "¡Juan Antonio, fuera, a los vestuarios, y no vuelvas en una semana!" Y nos partíamos.

Otra variante de castigo, bastante utilizada, era las de hacernos dar vueltas corriendo a la piscina con una tabla en la cabeza. Pero la más temida para mi era cuando me encerraba en el almacén. No es coña, David no te rías, lo pasaba mal. Hacía frío, había un montón de mierda, trozos de cemento que se clavaban en los pies de un niño de 12 años y mil ostias más. Menos mal que había un cristal que comunicaba con la piscina, y me entretenía pegando la cara al cristal y echando la lengua. Cuando me canse, le conté a mi abuela lo que Jaime me venía haciendo si me portaba mal. Lo que pasa es que conté una versión un poco diferente.Le conté como Jaime me pegaba y me metía en "un sitio lleno de cadenas, pinchos, a oscuras y que me dejaba ahí dos horas." No se como, pero no me volvió a meter ahí. Entonces sólo hacía que me sentase en una esquina, castigado. Como me aburría, un buen día me dio por escupir en uno de los ojos de mis gafas (de natación, claro) y pasar el esgarro verde de uno a otro ojo de las gafas, mientras se lo mostraba a Jaime. Me echó, pero mejor así porque ese castigo era muy aburrido. Aunque otros, se lo pasaban mejor en este tipo de castigos arrojando tierra de las macetas al agua de la piscina. Creo recordar que esto tuvo consecuencias insospechadas. Hasta el Jachy, director del polideportivo, anduvo de por medio. ¿No?

El recuerdo "menos bueno" que tengo de mis años en el club, es cuando me dijeron: "Tira esta piedra al aire" y yo: "Vale". La tire y con tan mala suerte que en el mismo momento que el pedrusco caía, el Volkswagen Polo rojo de Jaime metía su morro en la trayectoria de la piedra. Para los que no estuvieron presentes, que se imaginen lo que vino después, tal y como era el "amor" que Jaime profesaba por mi. Para los que la conocen y la presenciaron... va a ser mejor que me cuenten la verdad, porque lo último que recuerdo, es un descojone total.

Gracias Jaime, por hacer que mis tardes en la piscina fuesen más...digamos divertidas.

Como banda sonora a este post, os dejo una canción que supongo conoceréis y que fue uno de mis traumas durante los viajes en autobús a las competiciones.

Post dedicado a David. Por todos los años y tardes de degenere, Legos y natación. Ostia, ya me tarda volver por ahí, y echar una buena temporada en la tierra. Nos vemos!!!!!!!